Eufemismos: sobre el ACTA y TPP

ACTA - Antropomedia

Desorden que amenaza, orden que invade (Gutiérrez, 2011). 

 

Ni hablar. Parece que “la seguridad” y “la libertad” no se llevan para nada, o dicho con otras palabras más profundas y románticas, no son el uno para el otro. Teatralizándolo, la seguridad diría, con un tono hollywoodense, más cliché que nada, “she’s not the only one” (ella no es la apropiada), en referencia a la libertad; y viceversa. Hasta Bauman, en el 2003, se cansó de decirlo: cuanta más libertad tengamos menos seguridad y cuanta más seguridad menos libertad. Uno obtiene la seguridad sacrificando su libertad, e igualmente, uno amplía su libertad a expensas de la seguridad. Unas por otras. Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con el ACTA y TPP? A simple vista no mucho, pero si lo pensamos bastante.

 

Desmenucemos rápido. TPP, es un tratado de libre comercio (Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica), establecido por países americanos (Chile, EUA, Perú y México) asiáticos (Japón, Malasia Singapur, Brunei) y oceánicos (Australia y Nueva Zelanda). Algunos ya son parte del grupo oficialmente mientras que otros se encuentran en negociaciones (México es uno de ellos). Por su parte, ACTA son las siglas de un acuerdo multilateral voluntario que tiene como finalidad proteger y respaldar la propiedad intelectual para evitar la falsificación de bienes construyendo una reforma prohibicionista en relación a la piratería.

 

De nuevo, como lo caracteriza la historia, se utiliza el eufemismo del bien: resulta que la nación norteamericana está preocupada por el bienestar de los artistas creadores de música, arte, tecnología y medicamentos. La guerra se ha desplazado, el objetivo ya no es conseguir petróleo por medio de la guerra global contra el terrorismo, sino de atacar la lógica del Internet, la del compartimiento -la piratería dicen algunos-, la de la libertad de expresión, en fin, la del diálogo cultural sin restricciones legales. Al entrar al tratado de libre comercio (TPP), Estados Unidos de América, como prerrequisito, exige que los países involucrados acaten una política que introduce fuertes medidas de protección a la propiedad intelectual, al grado que algunos de los países que se encuentran en negociaciones ya han firmado ACTA. Arma de doble filo: TPP es la bisagra y ACTA es llave que posibilita que los estadounidenses comiencen a regular el cíber-espacio en su totalidad.

 

Ahora bien, como sabemos, Internet ha cambiado la dinámica del mundo actual, no es nada raro decir que en muchos países todavía no existe un marco legal y político bien establecido que regule la Web. Las personas descargan música, comparten información y libros gratuitamente sin que haya un organismo que normalice este fenómeno. Hecho que ha colmado la paciencia de los estadounidenses porque gran parte de su economía está relacionada con la exportación de sus bienes y productos. Ha comenzado la guerra que pretende eliminar la libertad que brinda la Red a partir de un reforma capitalista que penalice ciertas cíber-actividades (al convertirlas en ilegalismos) para brindar la seguridad económica a empresas transnacionales.

 

No obstante, como dice Foucault (1975), la adopción de una reforma penalizadora dirigida al ilegalismo (en este caso la piratería) no lo elimina, sólo lo clasifica y ordena en beneficio de ciertos grupos. En palabras del autor, la penalidad es entonces una manera de administrar los ilegalismos, de trazar límites de tolerancia, de dar cierto campo de libertad a algunos, y hacer presión sobre otros, de excluir a una parte y hacer útil a otra. En suma, la penalidad no reprime los ilegalismos, sólo asegura su economía general.

 

Hay que ver con otros ojos la situación. El ACTA y el TPP no son medidas que eliminaran la piratería, no son propuestas que defienden la propiedad intelectual, más bien, son mecanismos de dominación que funcionan convirtiendo ciertas acciones en ilegalismos por la mediación de la penalidad. La reforma global cibernética que pretenden los estadounidenses lo único que producirá es que ciertos grupos se apoderen de la situación al establecer reglas que apuntan a sus intereses. Al final, detrás de todo eufemismo (reforma por el bienestar) se encuentra una palabra prohibida, un tabú, una impertinencia, y en este caso, un atentado cruel contra la libertad en nombre de la seguridad, o mejor dicho, contra la cultura libre, ésa que todo lo cura, ésa que ha originado y transformado el saber durante milenios.

 

 

 

Luis Jaime González Gil

Email: luisjaime@antropomedia.com

 

 

 

Referencias

Bauman, Z. (2003). Comunidad: en busca de seguridad en un mundo hostil. Barcelona: Siglo XXI.

 

Foucault, M. (1975). Vigilar y Castigar: nacimiento de la prisión: Buenos Aires: Siglo XXI.

 

Gutiérrez, F. (2011). La naranja todavía tiene jugo: el arte del trapecio. Revista electrónica Elmalpensante. http://www.elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=2063. Revisado el 06 de Junio del 2012.